¿Qué se hace con esas personas
que aparecen sólo en los momentos difíciles? Que no te ayudan a crecer ni a
tomar decisiones. Que no están para compartir desde lo más simple, lo más
intrascendente, lo más vulgar; a lo complicado, lo que te hace sufrir, lo que
te duele. Aquellos que no te acompañan en lo cotidiano: en el día a día.
Pero que al momento de saber que
la muerte te pasó cerca, que estás sufriendo de verdad, se “acercan” y te
brindan su ayuda incondicional. Su apoyo moral. Su abrazo a la distancia. ¡Nada
más irónico que un abrazo a la distancia en un momento de mierda! El abrazo se
da, se siente, se forja. Sino, ni se pronuncia.
Esas personas son como la cámara
de televisión que llega después del accidente en una esquina donde los semáforos
no funcionaban, pero que nunca denunciaron que esos semáforos estaban generando
un peligro por no estar en servicio. O sea, no sirven de nada.
No saben nada de vos, se alejaron
vaya uno a saber por qué, no quisieron ser parte de tu vida. Pero de golpe algo
los apremia y tienen la necesidad de volver a estar, para no estar. De sentirse
presentes sin estar presente.
Entonces me pregunto y me vuelvo
a preguntar: ¿qué se hace? La respuesta no aparece. Las explicaciones a estas
actitudes, tampoco. Lo único que tengo claro, es que quiero ser presencia de mis
seres queridos. De brindar ayuda con hechos y no con palabras. De dar abrazos
con el corazón y no besos por celular. De estar de verdad. Y no ser un presente,
cuando se eligió ser pasado y no se quiere un futuro.
Lisandro Aristimuño - La Última Prosa: https://www.youtube.com/watch?v=v63LbYnR75E
Lisandro Aristimuño - La Última Prosa: https://www.youtube.com/watch?v=v63LbYnR75E